LA IGLESIA OCTOGONAL (III)



Es muy  probable, que el monasterio que citamos en el texto anterior, no corresponda a la iglesia del Sepulcro, por haber sido donado en el año 1.100, mientras que la época de la construcción del templo octogonal suele fecharse alrededor de 1.600-1.170. La donación ataña, supuestamente, a otro edificio, el ya desaparecido monasterio benedictino de la Redonda, floreciente en el siglo VIII y posteriormente abandonado como consecuencia de las incursiones sarracenas, como recita una sencilla placa del lugar.

El nombre del monasterio, era debido a la forma circular de su planta y nos sugiere  que la inclinación hacia un modelo arquitectónico distinto, en Torres del Río, es precedente a la construcción del Sepulcro. Este detalle aumenta el misterio y los interrogantes: ¿Por qué esta planta redonda?, ¿tal vez se edificó encima de un castro celta o sobre un asentamiento godo?. Las características del único vestigio que queda del monasterio: Una cruz pétrea de perfil celta, nos llevan a suponer una conexiones entre los Benedictinos de la Redonda y elementos de la cultura celtíbera, cosa que no es de extrañar en aquella época de temprano cristianismo.

Conexiones con esta cultura, como es sabido, las tenía también San Bernardo, el ideólogo de los Pobres Caballeros del Cristo, luego denominados Templarios. Otro interesante indicio, alimenta la hipótesis de la presencia Templaria en la iglesia del Santo Sepulcro. A causa de las frecuentes correrías sarracenas, los religiosos benedictinos, abandonaron su sede, poco defendible, en Torres del Río alrededor del año 1.100, y se trasladaron en parte al monasterio de Irache y parte en Logroño, donde fundaron la Basílica de la Redonda, homónima al monasterio de su procedencia.

En la segunda mitad del siglo XII, la presencia de los árabes en la península , era todavía peligrosa y la lógica sugiere, que si se construye un templo en el mismo emplazamiento del que había sido abandonado medio siglo antes, por razones de seguridad, es oportuno que haya una presencia militar enfocada a la protección de los canteros y albañiles en un primer momento y de religiosos y peregrinos algo después. Contrariamente a los Benedictinos, los Pobres Caballeros del Cristo, eran monjes-soldados y conjugaban perfectamente las tareas de atención espiritual y de defensa de la morada.

Volviendo a la función de la Linterna de los Muertos, es posible que en particulares ocasiones, como por ejemplo las ceremonias de admisión de nuevos discípulos, se encendiese para significar la muerte de alguien, pero no fallecimiento en el sentido físico, sino simbólico: La Muerte Iniciática que abre el camino a un nivel superior de Vida. ¿Cómo se preparaban los Caballeros para la ceremonia de admisión?.

(continuará)

Orden del Temple+++