EL TESTAMENTO DE RAMÓN LLULL (IV)



Capítulo tercero

Sobre el horno

Hablemos ahora de nuestro horno, pero nos será muy enojoso referir aquí su secreto, que tanto han escondido los antiguos filósofos, pues hemos descrito varios tipos de hornos en nuestros libros.

Empero, os confieso sinceramente que no nos servimos más que de uno llamado Atanor, cuyo significado es el de ser un fuego inmortal, puesto que da siempre un fuego igual y continuo en un mismo grado, vivificando y alimentando nuestro compuesto desde el comienzo al fin de nuestra piedra.

¡Oh, hijos de la doctrina!, escuchad nuestras palabras y entended. Nuestro horno está compuesto de dos partes, las cuales deben estar bien cerradas en todas las junturas de su cerco. He aquí como es la naturaleza de este horno; Que este horno sea grande o pequeño, según la cantidad de la materia, pues la grande pide un horno grande y la pequeña uno pequeño.

Es necesario, que sea construido como un horno para destilar, con su tapa bien cerrada y ajustada. Así, una vez compuesto el horno con su tapa, haced de forma que haya un respiradero al fondo, a fin de que el calor del fuego ascendido pueda allí respirar. Como horno esta naturaleza de fuego demanda y requiere sólo este horno y no otro.

El cierre de las junturas de nuestro horno, es llamado el Sello de Hermes, ya que sólo ha sido conocido por los sabios y en ningún lugar ha sido manifestado por los filósofos, pues está reservado a la Sapiencia, en tanto que ella lo guarda por ua potestad común.

(continuará)

Orden del Temple+++