EVANGELIO DÍA 8 DE OCTUBRE



Entró Jesús en una aldea y una mujer llamada Marta, lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba Su Palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio, hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio?". "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas que no son necesarias. María ha escogido la mejor parte y no se la quitarán".

MEDITACIÓN

Señor, ¿qué le hubiera dicho yo a Marta?. Seguro que algo muy distinto a lo que tú le dijiste. La lógica y y rígidos criterios humanos chocan frontalmente con tu inefable juicio sobre las cosas. Sabes, que lo único verdaderamente necesario, es escuchar tu Palabra.

Orden del Temple+++