XIII Aparición: 2 de Marzo de 1.858
En esta ocasión, están presentes en la gruta, las dos tías de Bernadette y unas 1.600 personas. La Señora pide a la niña la construcción de un Santuario y que las gentes vayan allí en peregrinación.
Relata Bernadette: “La Señora me dijo que fuera a los sacerdotes a que construyeran allí un Santuario, por lo que acudí al párroco para darle el recado. Él me dijo con tono amenazante ¿cómo se llama esta Señora?. Le respondí que no lo sabía, a lo que él insistió que se lo preguntara al día siguiente, y así lo hice, pero Ella no hacía más que sonreír”.
El párroco de Lourdes acoge a la niña de muy mala manera hasta decir incluso frases muy desagradables. La niña asustada por su reacción, se olvida de decirle la petición de hacer un Santuario para peregrinar. Vuelve de nuevo de noche a verlo y él le responde que cuando diga el nombre, se construirá el Santuario y se irá en peregrinación.
XIV Aparición: 3 de Marzo de 1.858
Bernadette acude a la gruta a las siete de la mañana acompañada de su madre, y se encuentra que la están esperando unas 4.000 personas según el comisario de policía. Ese día la Señora no aparece, por lo que hay un gran desencanto entre la multitud. La niña se va triste y desencantada, pero vuelve a la noche acompañada de su tío Andrés y sin apenas personas, la Señora aparece. Casi en la madrugada, el comisario de policía Jacomet, el secretario del alcalde Joanas y el sargento de gendarmería Angla, inspeccionan la cueva minuciosamente.
XV Aparición: 4 de Marzo de 1.858
El jueves a las cuatro de la madrugada, se hace una nueva inspección por parte del comisario de policía Jacomet y pone cuatro agentes para vigilar la gruta. Es la gran cita del 4 de Marzo y todos están esperando que ocurra algo extraordinario. Se concentran alrededor de 8.000 personas y la niña, después de misa, se dirige hacia la gruta acompañada por dos gendarmes.
La aparición dura unos 45 minutos, transcurre mas o menos como siempre y la Señora no responde a la pregunta de Su nombre, solo sonríe. Hay una frustración por parte de Bernadette pero alivio entre las autoridades.
Hay una pausa en las Apariciones que va desde el día 5 al 24 de Marzo, y durante estos veinte días, Bernadette no acude la gruta porque dice que no siente la “fuerza irresistible” que la impulsa, por lo que continúa acudiendo a la escuela y preparando su Primera Comunión. El 18 de Marzo, es interrogada por el Procurador imperial en Lourdes en presencia del comisario Jacomet.
XVI Aparición: 25 de Marzo de 1.958
La noche del día 24 está en calma y parece que los acontecimientos de la gruta van relegándose al olvido, y la niña va volviendo al anonimato. Más el día 25, festividad de la Anunciación, aparece en muchos la esperanza de que ocurra algo extraordinario. Ella vuelve a sentir la “fuerza” y se dirige a la gruta acompañada de sus padres. Creen estar solos, pero no, hay sombras en movimiento.
Aparece de nuevo la Señora, a la que le pide tres veces Su identidad, y que obtiene al fin una respuesta: “Después de la quincena (dice la niña) le pregunté quien era tres veces consecutivas y ella no hacía más que sonreír. Al preguntárselo una vez más, Ella elevó los ojos al cielo, juntó las manos ante el pecho y dijo: “Yo Soy la Inmaculada Concepción”. Fueron las últimas palabras que me dirigió. Tenía los ojos azules.
Bernardette acude al párroco para referirle la visión y el nombre que le ha dado. La niña tiene el rostro completamente iluminado, pero el sacerdote queda desconcertado.
Se produce un segundo intervalo en las Apariciones desde el día 26 de Marzo al 6 de Abril. Lo sucedido, ya ha provocado una expectación general y las autoridades locales quieren poner unas drásticas medidas, intentando decir que ella es una enferma mental y lo que hay es que ingresarla en un asilo para estos enfermos. La ven tres doctores, que al final indican al Gobernador Civil que aplace el asunto.
XVII Aparición: 7 de Abril de 1.858
Se produce a las cinco de la madrugada, estando presentes un centenar de personas, entre ellas el Dr. Dozous. Durante esta Aparición, se produce el milagro del cirio. Mientras la niña está en éxtasis, tiene las manos juntas en torno a la llama de la vela que porta sin sentir nada y la llama movida por el viento, pasa por entre los dedos sin quemarla. El médico, se acerca al verlo y con la mano hace caer el cirio viendo que en las manos no hay señal alguna de quemaduras, lo que determina su conversión, y como le diría después al comisario: “Lo he visto con mis ojos, es un hecho sobrenatural”.
Hay un tercer intervalo entre el 8 de Abril y el 15 de Julio, que es el más largo de la historia de las apariciones. En estos tres meses, Bernadette hace su Primera Comunión; hay un cierre de la gruta por un Decreto, que además prohíbe sacar agua de la fuente; la entrada al suelo municipal de ribera Massabielle; se levantará una tapia en la gruta para impedir la entrada y que todo el que no cumpla esta orden será detenido.
XVIII Aparición: 16 de Julio de 1.858
La última Aparición, produce en Bernadette un silencio sobre sus contenidos, y la considera reservada y exclusivamente personal. La gruta continúa cercada, pero ella desobedece la orden y acude por otro camino. A unos 150 metros, Bernadette ve a la Señora por última vez y dirá más tarde: “No veía ni la barrera ni el Gave, me parecía estar delante de la gruta como otras veces. Veía solamente a la Virgen y nunca la vi tan hermosa”.
El éxtasis duró unos quince minutos y terminada la Aparición en el rostro de la niña se observa la mayor felicidad. Se cierran aquí las Apariciones y desde este momento, nace verdaderamente Lourdes, destinado a ser un lugar de fe, un mensaje de esperanza, una invitación constante a la oración y a la penitencia, así como un faro encendido a la Inmaculada para millones de personas deseosas de encontrar y comprender el sentido de Dios en su vida.
Non Nobis Domine.
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