EVANGELIO DÍA 6 DE NOVIEMBRE




Dijo Jesús a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me cuentan de ti?. Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido”. El administrador se puso a echar sus cálculos: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo?, para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Éste respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Aquí está tu recibo, aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “¿Y tú, cuanto debes?”. Él respondió: “Cien fanegas de trigo”. Le dijo: “Aquí está tu recibo, escribe ochenta”. Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con la que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que con los hijos de la Luz.
(Lucas 16, 1-8)

MEDITACIÓN

Señor, ¿qué ocurriría si en alguna ocasión los hijos de la Luz pusiéramos todas nuestras fuerzas y sagacidad al servicio de Tu Reino, ya que casi todos trabajan para sus planes terrenos?. Estoy seguro que te alegrarías, porque esta queja ya no la tendrías. Quiero ser para tus cosas, que son las mías, sencillo y sagaz.


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