EVANGELIO DÍA 13 DE ENERO




En aquel tiempo, al salir Jesús de la Sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre y se lo dijeron. Jesús se acercó, le cogió la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males, expulsó muchos demonios y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y al encontrarlo le dijeron: “Todo el mundo te busca”. Él les respondió: “Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas para predicar también allí, que para eso he salido”. Así recorrió toda Galilea, predicando en las Sinagogas y expulsando a los demonios.
(Marcos 1, 29-39)

MEDITACIÓN

Señor, ayúdame a lograr que mi vida sea un signo Divino para los demás. Que haga el bien sin esperar nada a cambio ni recompensa alguna. Que no sucumba a la necesidad de protagonismo, porque toda gloria debe ser para Dios. Llévame al descampado, para poder oír Tu voz y dejarme envolver por Tu amor.


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