EVANGELIO DÍA 24 DE MARZO




Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: “Si os mantenéis fieles a Mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Ellos le contestaron: “Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú que remos libres?”. Jesús les dijo: “Os aseguro, que todos los que pecan, son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia, pero un hijo si pertenece a ella para siempre. Así que si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres. Ya sé que sois descendientes de Abraham, pero queréis matarme porque no aceptáis Mi Palabra. Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado y vosotros hacéis lo que vuestro padre os ha dicho”. Dijeron ellos: “¡Nuestro padre es Abraham!”. Pero Jesús les respondió: “Si de veras fuerais hijos de Abraham, haríais lo que él hizo. Pero a mi que os digo la verdad que Dios me ha enseñado, queréis matarme. ¡Y eso nunca lo hizo Abraham!. Vosotros hacéis lo mismo que vuestro Padre”. Dijeron: “¡Nosotros no somos unos bastardos!, ¡nuestro único Padre es Dios!”. Jesús les contestó: “Si Dios fuese de veras vuestro Padre, me amaríais porque Yo, que estoy aquí, vengo de Dios. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado”.
(Juan 8, 31-42)

MEDITACIÓN

Con el paso de los años, nos damos cuenta de que no son otros los que nos han encadenado, sino nuestros deseos, ira, arrogancia y otros malos actos, que nos someten. Sólo Jesús puede liberarnos de esa esclavitud, si le amamos y seguimos Su Palabra con fidelidad.

© Todos los derechos reservados. Orden del Temple, 2.010