En aquel tiempo, dijo Jesús: “Os aseguro que os dará todo lo que le pidáis en Mi Nombre. Hasta ahora, no habéis pedido nada en Mi Nombre; pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he dicho estas cosas por medio de comparaciones, pero viene la hora en que ya no usaré de comparaciones, sino que os hablaré claramente cerca del Padre. Aquél día le pediréis en Mi Nombre, y no os digo que Yo rogaré por vosotros al Padre, porque el Padre mismo os ama. Os ama, porque vosotros me amáis a Mi y habéis creído que he venido de Dios. Salí del Padre para venir a este mundo y ahora dejo el mundo para volver al Padre”.
(Juan 16, 23b-28)
MEDITACIÓN
El amor causa un efecto de multiplicación, es una onda que se expande y es la fuerza que mueve al mundo. Ese dinamismo del Reino, del tiempo del Espíritu, es bendecido y acompañado por la Santa Trinidad, que se ha comprometido en la salvación de la humanidad.
