EL QUEHACER DIARIO DE UN TEMPLARIO (II)





Autor: Hno. A.L.+

Para no perdernos en divagaciones,  una de esas combinaciones, desde mi punto de vista, quizá sea la situación “Pensamientos” la más difícil de dominar, es un caballo “invisible”, y solo lo conocen el Padre Celestial y nosotros mismos. Muchos de ellos los tenemos guardados en nuestro interior a modo de fortísimas cajas de seguridad, que a lo mejor, si llegara el caso, nos dejaríamos matar para no revelar el contenido de esa caja.

         Así, por ejemplo, en nuestra “cuadra”, podríamos tener:
Caballo 1.-Pensamientos llenos de Soberbia.
Caballo 2.- Idem de Avaricia.
Caballo 3.- Pensamientos llenos de Hipocresía.
 Caballo 4.- Pensamientos llenos de Ira.

         Y así hasta el infinito.

         Partiendo de nuestro bagaje, manos a la obra hermanos , vamos a empezar a dominar al caballo que tenemos mas encabritado y que tiene por nombre “ PENSAMIENTOS LLENOS DE SOBERBIA O DE HIPOCRESIA, en contra de los Hijos de Dios, es decir, contra nuestros hermanos.

         Si ese caballo está muy encabritado, lo normal es que al montarlo, pegue un brinco, nos lance al aire y nos demos un enorme costalazo, que nos dolería desde la uña del dedo gordo del pié hasta la punta de los pelos de la cabeza, pero hermanos, eso no es excusa para que abandonemos la “lucha”, buscando excusas banales, hemos de ser perseverantes, como Jesús El Cristo nos previno (Mateo 24,13)
  
         Así, cuando por la noche meditemos y reconozcamos nuestro error, pidamos perdón en nuestras oraciones, así como un deseo ferviente de arrepentimiento.
        
         De todas formas va a ser difícil que con ese primer arrepentimiento, hayamos logrado dominar “ese caballo”, pero si perseveramos continuamente con nuestro esfuerzo y la ayuda de Dios, lo lograremos. Y así iríamos haciendo con todos “los caballos de nuestra cuadra”.

         Reflexiones.-

                  1ª.- Que es Milicia del Cristo “domador”, va a tener trabajo, hasta que el Padre Celestial lo llame a su Seno.

                  2ª.- Y aparte de “domar caballos”, hay que:
                            Trabajar para la Orden.
                            Aprender los textos sagrados de la Orden para avanzar en
                            su conocimiento, para ponerlo en práctica.

         P.D.- Algunas veces leo artículos de hermanos publicados en el blog, llenos de alegría y gozo cuando dominan alguno de sus caballos. Yo, sin embargo, herman@s., siento una envidia sana, porque a mi alrededor nada más que veo caballos encabritados por todas partes.

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