VIDA DE CRUZ

Que la Virgen, nuestra Madre, te presente nuestro sacrificio, Señor, después de haberlo purificado de toda imperfección. Ponemos todo nuestro amor en esta ofrenda, acéptala Señor, por la regeneración de los hombres, la paz del mundo, la limpieza de las almas y por nuestra Orden del Temple, para que seamos capaces de llevar a buen fin la misión que tenemos encomendada.