EVANGELIO DÍA



Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania donde venía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió los pies y los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: "¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios, para dárselos a los pobres?". Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón y como tenía la bolsa, llevaba lo que iban echando. Jesús dijo: "Déjala, lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis". Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los Sumos Sacerdotes, decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
(Juan 12, 1-11)

MEDITACIÓN

Señor, todo es poco para honrarte. Me uno a María de Betania para poner mi vida a tus pies, no es que te haga falta a ti, pero a mí si me hace falta tu aprobación, tu estímulo y la fuerza para seguirte hasta la cruz.

Orden del Temple, 2.013