VÍA CRUCIS

SÉPTIMA ESTACIÓN. JESÚS CARGA CON LA CRUZ





Entonces, al fin, se lo entregó para que lo crucificaran, y con esto se hicieron cargo de Jesús. Él, llevando a cuestas Su cruz, salió para un lugar que llaman la Calavera (en arameo Gólgota). Allí lo crucificaron con otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. (San Juan 19, 16-19).

ORACIÓN: Señor Jesús. Nos quejamos de las cruces que nos han caído encima: La cruz de la familia, la de los que nos critican despiadadamente, la cruz de no poder realizarnos como quisiéramos, la cruz de los hijos o de una enfermedad. Pero te mirarnos a ti Señor, y tu cruz nos anima a llevar nuestras cruces, con esperanza, con humildad, con agradecimiento, porque esas cruces son instrumentos de salvación.


OCTAVA ESTACIÓN. JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO.




Cuando lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. (Lucas 23, 26-31)

ORACIÓN: A  Ti, Jesús, destrozado, acabado, Simón de Cirene te ofrece alivio: Caminando tras de Ti, lleva tu cruz. Pero eres Tú, Señor, el verdadero Cirineo de los siglos. Es tuya la invitación: Venid a Mi todos los que estáis cansados y sobrecargados. Tuya es la afirmación: Mi yugo es suave y mi carga ligera. En Ti, contigo, por Ti, el peso de la vida se hace ligero equipaje. Enséñanos Señor, a inclinarnos con amor sobre la aflicción del hombre, a llevar el peso del hermano, a compartir la fatiga de la vida. 


Orden del Temple+++