EVANGELIO DÍA 17 DE SEPTIEMBRE



Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con Él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores". Se acercó al ataúd, lo tocó, (los que le llevaban se pararon) y dijo: "Muchacho, a ti te digo ¡levántate!". El muerto se incorporó y empezó a hablar y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a Su pueblo". La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera,
(Lucas 7, 11-17)

MEDITACIÓN

Señor, te dieron lástima las lágrimas de la viuda, madre del joven muerto. Nadie te pidió nada y podías haber pasado de largo, pero sé, que ante la aflicción de los demás, jamás te quedas indiferente.

Orden del Temple+++