Evita el lujo innecesario, porque todo lo que recarga el ambiente es molesto. Sé sobrio y natural, porque lo artificial distorsiona y produce fatigas inútiles. La sobriedad comunica descanso al espíritu y al cuerpo. Sé sobrio y natural en todo, comenzando con tu persona y llegando hasta los muebles de tu casa. ¡Qué poco tiene quién se esfuerza por mostrar más de lo que tiene!.
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