EVANGELIO DÍA 5 DE NOVIEMBRE




Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharle, y los fariseos y escribas murmuraban entre ellos: “Ése acoge a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo esta parábola: “Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se les pierde una ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?, y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros muy contento y al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta que la encuentra?, y cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”.
(Lucas 15, 1-10)

MEDITACIÓN

Señor, entre los publicanos y pecadores me encuentro a gusto escuchándote, porque sabemos que necesitamos convertirnos. Es consolador escucharte que hay una gran fiesta en el cielo cuando un pecador se convierte. Eso me anima a poner mi vida en tus manos para que me conviertas, si es que me fallan las fuerzas.



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