LOS SIETE PRINCIPIOS HERMÉTICOS (II)




La Filosofía Hermética

Desde el antiguo Egipto, han venido las enseñanzas fundamentales y secretas, las cuales han influido en los sistemas filosóficos de todas las razas y todos los pueblos, durante centurias enteras. Egipto, la patria de las Pirámides y de la Esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de las doctrinas místicas.

La mayoría de las naciones, han tenido como base algunos de sus principios. India, Persia, Caldea, Medea, China, Japón, Siria, la antigua Grecia y Roma, y otros no menos importantes países, se aprovecharon libremente de las doctrinas formuladas por los Hierofantes y Maestros de la tierra de Isis, conocimientos que solo eran transmitidos a los que estaban preparados para participar de lo oculto.

Fue también en el antiguo Egipto, donde vivieron los grandes Adeptos y Maestros, que rara vez han sido igualados o superados. Egipto fue la residencia de muchas fraternidades místicas y por las puertas de sus templos, entraron todos los neófitos que, convertidos mas tarde en Adeptos, Hierofantes o Maestros, se repartieron por todas partes, llevando consigo el precioso conocimiento que poseían y deseando hacer partícipe de él a todo aquel que estuviera preparado para recibirlo.

Pero entre esos grandes Maestros, existió uno que fue el fundador de la doctrina hermética, al que llamaron sus contemporáneos y muchas generaciones “el Maestro de Maestros”. Este hombre, vivió en Egipto en la más remota antigüedad y fue reconocido bajo el nombre de Hermes Trimegistro.

Fue el padre de la Sabiduría; fundador de la Astrología; descubridor de la Alquimia... . Los detalles de su vida se han perdido para la historia, debido al inmenso espacio de tiempo transcurrido desde entonces. La fecha de su nacimiento en Egipto, en su última encarnación en este planeta, no se conoce ahora, pero se ha dicho que fue contemporáneo de las más antiguas dinastías de Egipto, mucho antes de Moisés. Las autoridades en la materia lo creen contemporáneo de Abraham y en algunas tradiciones judías, se llega a afirmar que Abraham obtuvo muchos de los conocimientos que poseía el mismo Hermes.

Después de haber transcurrido muchos años desde su muerte, (la tradición afirma que vivió trescientos años), los egipcios lo deificaron e hicieron de él uno de sus dioses bajo el nombre de Thoth. Años después, los griegos hicieron de él otro de sus dioses y lo llamaron Hermes, dios de la Sabiduría. Tanto los griegos como los egipcios, reverenciaron su memoria durante centurias enteras, denominándole el “inspirado de los dioses” y añadiéndole a su antiguo nombre, Trimegistro, que significa “tres veces grande”. Todos estos antiguos países lo adoraron y su nombre era sinónimo de fuente de Sabiduría.

Aún en nuestros días, usamos el término hermético, en el sentido de secreto, reservado, etc., y esto es debido a que los discípulos habían siempre observado rigurosamente el secreto de sus enseñanzas. Si bien entonces no se conocía aquello de “no echar perlas a los cerdos”, ellos siguieron su norma de conducta especial que les indicaba “dar leche a los niños y carne a los hombres”, cuyas máximas son familiares a todos los lectores de las escrituras bíblicas, máximas que, por otra parte, habían sido ya usadas muchos siglos antes de la Era Cristiana.

Esta doctrina fue diseminada en las muchas religiones existentes, fusionándolas con principios y doctrinas filosóficas; otra mucha, se perdió en los tiempos. Esta doctrina, no se encuentra en los libros, ella ha sido transmitida del Maestro al discípulo, del Iniciado al neófito, de los labios al oído. Si alguna vez se ha escrito algo sobre ella, su significado ha sido cuidadosamente velado con términos de Astrología y Alquimia, de tal manera, que solo los que poseían la clave, podían interpretarlo correctamente. Esto se hizo necesario, a fin de evitar las persecuciones de los teólogos de la Edad Media, quienes luchaban contra la Doctrina Secreta a sangre y fuego. Aun en nuestros días nos es dable encontrar algunos libros valiosos de filosofía hermética, pero la mayor parte se ha perdido. Sin embargo, la filosofía hermética es la única clave maestra que puede abrir las puertas a todas las enseñanzas ocultas.

En los primeros tiempos, existió una compilación de ciertas doctrinas herméticas, que eran las bases fundamentales de toda Doctrina Secreta y que habían sido, hasta entonces, transmitidas del instructor al estudiante, compilación que fue conocida bajo el nombre del Kybalión, cuyo exacto significado se perdió durante centenares de años. Sin embargo, algunos conocen que han recibido sus máximas de los labios a los oídos que las comprenden y las conocen. Sus preceptos, no han sido escritos, son una serie de máximas y axiomas, que luego eran explicados y ampliados por los Iniciados.

Estas enseñanzas, constituyen realmente los principios de la Alquimia Hermética, la que contrariamente a lo que se cree, está basada en el dominio de las fuerzas mentales, mas que en el de los elementos materiales; en la transmutación de una clase de vibraciones mentales en otras, más que en el cambio de una clase de metal a otro. Las leyendas acerca de la Piedra Filosofal, que convertía todos los metales en oro, eran una alegoría relativa a la Filosofía Hermética, alegoría que era perfectamente comprendida por todos los discípulos del verdadero hermetismo.


(continuará)


Copyright. Todos los derechos reservados. Orden de Sión