LOS SIETE PRINCIPIOS HERMÉTICOS (VII)




El Principio del Ritmo.

Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende, todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.

Este Principio se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta, un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo entre los dos polos que existen, de acuerdo con el Principio de Polaridad, descrito en el párrafo anterior. Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Esta Ley rige para todo: para los mundos, para el universo, los animales y el hombre. Esta Ley, lo mismo se manifiesta en la creación como en la destrucción, en el progreso como en la decadencia.

Nosotros tenemos que encontrar los métodos para escapar a sus efectos, empleando para ello la Ley mental de neutralización. No podemos anular esta Ley, pero si impedir sus efectos, y debemos mentalizarnos donde nos encontramos en que lado del péndulo, después que nos ubiquemos, utilicemos nuestra energía para quedarnos en el lugar deseado y así podríamos neutralizar la oscilación rítmica pendular que tendería a arrastrarnos hacia el otro polo.

Los grandes Maestros que han adquirido el dominio sobre sí mismos, ejecutan esto conscientemente y por el solo poder de su voluntad, alcanza tal grado de estabilidad y firmeza mental, casi imposible de concebir por la gente que va y viene, en un continuado movimiento ondulatorio, impulsada por ese principio del ritmo.


(continuará)


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