EVANGELIO DÍA 9 DE MARZO



Algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: "Dos hombres, subieron al templo a orar. Uno era fariseo, otro era publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás, ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, y se golpeaba el pecho diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. Os digo que éste bajo a su casa justificado  y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
(Lucas 18, 9-14)

MEDITACIÓN

Señor, tú sabes que no exagero cuando digo con sinceridad que soy un gran pecador. Si algo tengo de bueno, es lo  que tú haces es mi, porque yo sólo sé aparentar y sentirme más bueno que los demás.

Orden del Temple, 2.013