REFLEXIONES SOBRE LOS VALORES DE LA CABALLERÍA (IV)



Es la Caballería la que a través de tu nobleza de corazón, te hace tener valor y te hace menospreciar los peligros para que puedas honrarla. También conviene a la Orden de Caballería el que ame la sabiduría y cordura con que puedas honrarla contra el desorden y la decadencia que hay en aquellos que piensan cumplir con el honor de la Caballería por la locura y la mengua de entendimiento.



Oficio de Caballero es mantener viudas, huérfanos, hombres desvalidos; pues así como es costumbre y razón que los mayores ayuden y defiendan a los menores, así es costumbre de la Orden de Caballería que, por ser grande y honrada y poderosa, acuda en socorro y en ayuda de aquellos que le son inferiores en honra y fuerza.



Si Dios ha dado ojos al menestral para que vea y pueda trabajar, al hombre pecador le ha dado ojos para que pueda llorar sus pecados; y si al Caballero le ha dado el corazón para que sea estancia donde resida la nobleza de su ánimo, al Caballero que tiene fuerza y honra le ha dado corazón para que haya en él piedad y compasión para ayudar, salvar y mirar por aquellos que levantan los ojos con lágrimas, y sus corazones con esperanza, a los Caballeros para que los ayuden y los defiendan y los asistan en sus necesidades. Por consiguiente, el Caballero que no tenga ojos con que vea a los desvalidos, ni corazón con que cuide de sus necesidades, no es verdadero Caballero ni está en la Orden de Caballería.



Oficio de Caballero es tener castillo y caballo para guardar los caminos y defender a los labradores.



También el tener villas y ciudades para mantener la justicia entre las gentes, y para congregar y juntar en un lugar a carpinteros, herreros, zapateros, pañeros, mercaderes y los demás oficios que corresponden al ordenamiento de este mundo y que son necesarios para conservar el cuerpo en sus necesidades.



Los traidores, ladrones y salteadores, deben ser perseguidos por los Caballeros; pues así como el hacha se ha hecho para destruir los árboles, así el Caballero tiene su oficio para destruir a los hombres malos. El Caballero que tolere o mantenga a Caballero traidor, salteador o ladrón, no cumple con su oficio.



El Caballero ladrón, comete mayor latrocinio contra el honor de la Caballería cuando priva a ésta de si mismo y de su nombre, que cuando roba dineros y otras cosas; pues quitar honra es dar vileza y mala fama a aquello que es digno de ser loado y honrado. Y como el honor y la honra valen más que dineros, oro y plata, por eso es mayor falta envilecer la Caballería que robar dineros y otras cosas que no son la Caballería.



Y si el señor no mantiene el honor de la Caballería contra su Caballero traidor, ¿en quién lo mantendrá?. Y si el señor no destruye a su traidor, ¿qué destruirá y por qué es señor, hombre o cosa alguna?.

(continuará)

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