RICHARD WAGNER Y SU PARSIFAL (IV)



Acto Segundo

El castillo mágico de Klingsor. El interior de una torre abierta por la parte de arriba. Un foso. Instrumentos de tortura y magia. Klingsor se halla sentado ante un espejo de metal.

Klingsor se encuentra en la torre de su castillo, ante su espejo mágico. En él, ve a nuestro joven protagonista que se dirige a su tierra de placeres. Debe despertar a su esclava. Sorprendentemente, se trata de Kundry, quien ha sido embrujada y siempre utilizada como carnada para los caballeros del Grial.
                                      
El ingenuo joven se acerca. Kundry, dolorida, se dispone a llevar a cabo su misión de seducirlo. La torre se convierte en un maravilloso jardín de placeres, donde las Doncellas Flor reciben al muchacho tratando de provocarlo sensualmente. Pero el joven permanece insensible hasta que una voz mucho más dulce le llega a sus oídos y le deja paralizado. Ha pronunciado su nombre: Parsifal. Así era como él recuerda que su madre le llamaba-Kundry se aleja de las Doncellas Flor y le habla a Parsifal de su madre muerta. Con animosidad, Parsifal cae junto a Kundry, ansioso de conocer el amor  y recibir su primer beso. Pero cuando se abrazan, Parsifal reacciona de un salto: Ha recordado la herida de Amfortas y ha visto el lamento de Nuestro Señor Jesucristo. Se da cuanta de la trampa y empuja a Kundry, quien le suplica que la perdone porque lo esperaba desde hacía mucho tiempo. Le cuenta que un día de su sufrida vida, ella se encontró con el Salvador y se burló de Él. Desde ese momento, la única forma de deshacerse de esa risa es seducir con éxito a alguna víctima. Ella debe ser amada y redimida.

Parsifal ve todo con claridad y desea volver con Amfortas. Ella le promete enseñarle el camino de regreso a cambio de que Parsifal le conceda una hora de amor, pero él se niega. Kundry, despechada y furiosa, convoca a todos los caminos del mundo para que se cierren ante Parsifal. Klingsor intenta matar al incauto joven con la lanza sagrada, pero Parsifal logra quitársela y haciendo la señal de la cruz con ella, termina con el hechizo del castillo de Klingsor.


(continuará)

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