EVANGELIO DÍA 9 DE JUNIO



En aquel tiempo, dijo Jesús: “No te ruego solamente por éstos, sino también por los que han de  creer en Mi al oír el mensaje de ellos. Te pido que todos ellos estén unidos; que como Tú Padre, estás en Mi y Yo en Ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que Tú me diste, para que sean una sola cosa como Tu y Yo somos una sola cosa, Yo en ellos y Tú en Mi, para que lleguen a ser perfectamente uno y así el mundo sepa que Tú me enviaste y que los amas como me amas a Mi. Padre, Tú me los confiaste y quiero que estén conmigo dónde Yo voy a estar, para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado desde antes de la creación del mundo. Padre justo, los que son del mundo no te conocen, pero Yo te conozco y éstos también saben que Tú me enviaste. Les he dado a conocer quien eres y seguiré haciéndolo, para que el amor que me tienes esté en ellos y Yo mismo esté en ellos”.
(Juan 17, 20-26)

MEDITACIÓN

Aprendí que unidad no es uniformidad, pues admite la diversidad. Aprendí que la unidad es posible cuando alguien cede y pierde algo de sí mismo y también que la unidad no se consigue de un día para otro, pero puede destruirse en un instante. Por todo esto comprendo, que una de las tareas del mal es sembrar la división comenzando por cosas muy pequeñas.

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