EVANGELIO DÍA 2 DE JULIO



Subió Jesús a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas. Él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole: "¡Señor, sálvanos que nos hundimos!". Él les dijo: " ¡Cobardes, que poca fe!". Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma. Ellos se preguntaban admirados: "¿¿Quién es este?. ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!".
(Mateo 8, 23-27)

MEDITACIÓN

Señor, el viento y el agua te obedecen, pero yo soy más rebelde. Por mi falta de fe y de fidelidad, la barca de mi vida amenaza con ir a la deriva. Te lo ruego, Señor, ¡sálvame, que me hundo!,

Orden del Temple+++