EVANGELIO DÍA 11 DE SEPTIEMBRE





Dijo Jesús a sus discípulos una parábola: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?, ¿no caerán los dos en el hoyo?. Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cundo termine su aprendizaje será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que tienes en el tuyo?. ¿Uno puede decirle a su hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo, sin fijarse en la viga que lleva el suyo?. ¡Hipócrita!, sácate primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano”.
(Lucas 6, 39-42)

Meditación

Señor, que fácil me resulta ver los defectos ajenos y las virtudes propias y qué difícil detectar mis propios defectos y las virtudes de los demás. Todo es fruto de mi egoísmo. A la luz del Evangelio compruebo cada día, todo lo que le falta a este pobre discípulo para asemejarse a su Maestro.



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