EL SERVICIO Y EL ASPIRANTE
El aspirante, debe pensar tanto en los demás como en su propia persona y es difícil y complicado, comprometerse en cuerpo y alma a servir, desde el instante en que se consagra a su propia evolución. Esto afecta tanto al neófito como a los que llevan mucho en el camino.
No acaban de entender, que no se les aplicará la Ley del Servicio, hasta que hayan progresado lo suficiente en el sendero, y esto es porque en muchas escuelas esotéricas, no les hacen ver la importancia del servicio y solo se dedican a métodos de desarrollo personal. Sin servir a los demás, el desarrollo espiritual es muy estrecho. El desarrollo psíquico es compatible con una actitud egoísta hacia la vida y puede llegar hasta la magia negra, y todo esto es incompatible con el desarrollo del alma. Por eso, hay que estudiar bien los dos senderos porque están cercanos hasta que se separan de forma absoluta y entonces se advierte, que el verdadero y auténtico camino, queda reducido al servicio.
¿Por qué debe el aspirante aprender a servir?. Porque el Maestro que aspira al saber y a la perfección, ha alcanzado el culmen del servicio y no puede estar íntimamente ligado a él en los trabajos terrenales; hasta que el neófito haya aprendido tras duras y largas pruebas a servir eficazmente. Esa es la mayor recompensa: Cumplir con el deber de cada día y a cada momento. Esto caracteriza la enseñanza del Maestro y el afecto del aspirante aumenta, cuando se percata de la infinita paciencia del Maestro para con él. Paciencia que está sustentada por la sabiduría y la compasión.
Es un grave error por parte del neófito, codiciar tener poder sobre sus semejantes y alcanzar la fama de personas nobles, porque esa actitud destruye en el alma la posibilidad de conseguir algo real. No es lo mismo el “poder” sobre los demás que la influencia por haberse dedicado a su servicio. Entonces habrá enorme prudencia de imponer esta superioridad sobre los demás, ya que se puede influir en el plano físico y mental pero no en el espiritual, pues para ello se necesita una fuerza muy grande y pura, que solo se obtiene por hacer, en silencio. Mientras se haga oír, el servicio estará viciado.
El sendero en el ocultismo es individual y debe estar andado paso a paso por el aspirante; no es esta una Ley impuesta por el Maestro. Es una condición inmutable, que para recibir hay que dar. El servicio, no tiene por qué ser siempre oculto, lo que si lo es, es el proceso y puede haber un despertar en el alma, que lleva al neófito a cuidar enfermos, ancianos, presos, personas desvalidas o hacer programas de ayuda social, por ello a veces, debe verso envuelto en actividades políticas, económicas o sociales. El aspirante se sorprenderá de lo que puede llegar a hacer, cuando deja hablar a su alma. Surgirá una gran fuerza de voluntad, decisiones firmes y grandes ajustes a su vida. Aquí, no hay lugar para los tibios. El sendero Iniciático, exige personas de acción, resueltas, valerosas y decididas. No caben aquí las ilusas creaciones del profano. El primero, será de utilidad al mundo y otros seguirán su ejemplo.
LA CAPACIDAD DE INICIATIVA
Al aspirante que quiera asegurar su posición en el sendero, hay que exigirle una cualidad: La iniciativa, porque ésta tiene la garantía de éxito allá donde se ejerza con sabiduría. Quien la tenga como bagaje natural, la demostrará desde el principio; el que no, tendrá que trabajar por adquirirla.
El primero, tiene una viva iniciativa en su trabajo oculto y hay que darle un cierto margen de libertad, aunque sin dejar la disciplina, porque a veces tienen tanta impaciencia en su avance, que quieren tomar un atajo. Así que lo que tiene que hacer es ser humilde y obedecer, porque le cuesta aceptar el trabajo necesario para alcanzar la precisión. Hay que obligar a la voluntad a pasar por los pasos preliminares. Si no entienden esto, aunque hayan leído miles de libros, el estudiante de ocultismo es ineficaz en la materia de servicio.
Solo se puede ayudar a los demás, si se conoce en la teoría y en la práctica cada etapa, por la experiencia vivida.
El aspirante, debe pensar tanto en los demás como en su propia persona y es difícil y complicado, comprometerse en cuerpo y alma a servir, desde el instante en que se consagra a su propia evolución. Esto afecta tanto al neófito como a los que llevan mucho en el camino.
No acaban de entender, que no se les aplicará la Ley del Servicio, hasta que hayan progresado lo suficiente en el sendero, y esto es porque en muchas escuelas esotéricas, no les hacen ver la importancia del servicio y solo se dedican a métodos de desarrollo personal. Sin servir a los demás, el desarrollo espiritual es muy estrecho. El desarrollo psíquico es compatible con una actitud egoísta hacia la vida y puede llegar hasta la magia negra, y todo esto es incompatible con el desarrollo del alma. Por eso, hay que estudiar bien los dos senderos porque están cercanos hasta que se separan de forma absoluta y entonces se advierte, que el verdadero y auténtico camino, queda reducido al servicio.
¿Por qué debe el aspirante aprender a servir?. Porque el Maestro que aspira al saber y a la perfección, ha alcanzado el culmen del servicio y no puede estar íntimamente ligado a él en los trabajos terrenales; hasta que el neófito haya aprendido tras duras y largas pruebas a servir eficazmente. Esa es la mayor recompensa: Cumplir con el deber de cada día y a cada momento. Esto caracteriza la enseñanza del Maestro y el afecto del aspirante aumenta, cuando se percata de la infinita paciencia del Maestro para con él. Paciencia que está sustentada por la sabiduría y la compasión.
Es un grave error por parte del neófito, codiciar tener poder sobre sus semejantes y alcanzar la fama de personas nobles, porque esa actitud destruye en el alma la posibilidad de conseguir algo real. No es lo mismo el “poder” sobre los demás que la influencia por haberse dedicado a su servicio. Entonces habrá enorme prudencia de imponer esta superioridad sobre los demás, ya que se puede influir en el plano físico y mental pero no en el espiritual, pues para ello se necesita una fuerza muy grande y pura, que solo se obtiene por hacer, en silencio. Mientras se haga oír, el servicio estará viciado.
El sendero en el ocultismo es individual y debe estar andado paso a paso por el aspirante; no es esta una Ley impuesta por el Maestro. Es una condición inmutable, que para recibir hay que dar. El servicio, no tiene por qué ser siempre oculto, lo que si lo es, es el proceso y puede haber un despertar en el alma, que lleva al neófito a cuidar enfermos, ancianos, presos, personas desvalidas o hacer programas de ayuda social, por ello a veces, debe verso envuelto en actividades políticas, económicas o sociales. El aspirante se sorprenderá de lo que puede llegar a hacer, cuando deja hablar a su alma. Surgirá una gran fuerza de voluntad, decisiones firmes y grandes ajustes a su vida. Aquí, no hay lugar para los tibios. El sendero Iniciático, exige personas de acción, resueltas, valerosas y decididas. No caben aquí las ilusas creaciones del profano. El primero, será de utilidad al mundo y otros seguirán su ejemplo.
LA CAPACIDAD DE INICIATIVA
Al aspirante que quiera asegurar su posición en el sendero, hay que exigirle una cualidad: La iniciativa, porque ésta tiene la garantía de éxito allá donde se ejerza con sabiduría. Quien la tenga como bagaje natural, la demostrará desde el principio; el que no, tendrá que trabajar por adquirirla.
El primero, tiene una viva iniciativa en su trabajo oculto y hay que darle un cierto margen de libertad, aunque sin dejar la disciplina, porque a veces tienen tanta impaciencia en su avance, que quieren tomar un atajo. Así que lo que tiene que hacer es ser humilde y obedecer, porque le cuesta aceptar el trabajo necesario para alcanzar la precisión. Hay que obligar a la voluntad a pasar por los pasos preliminares. Si no entienden esto, aunque hayan leído miles de libros, el estudiante de ocultismo es ineficaz en la materia de servicio.
Solo se puede ayudar a los demás, si se conoce en la teoría y en la práctica cada etapa, por la experiencia vivida.
(continuará)
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