EN BUSCA DEL GRIAL (II)



II. Una extraordinaria manera de agradecer los favores.


Hace algunos años, un amigo y yo estábamos realizando una tarea en común. Mi amigo dominaba el tema y sin embargo, yo era un auténtico novato. Pasaron los años, yo iba aprendiendo lentísimamente y ese amigo jamás tiró la toalla, sino que lo que hacía con gran cariño, era corregirme los errores. Con el paso del tiempo, yo fui aprendiendo el tema y cuando ya estaba en condiciones de hacerlo casi igual que él, le di las gracias y para ello quise invitarle a comer en un buen restaurante. Mi amigo, sin embargo, me dijo que si quería agradecérselo “que cuando alguien acudiese a mi porque tenía un problema que resolver, que le ayudase en todo lo que pudiera y ya con eso agradecía el favor que él me había hecho”.

Hermanos, les puedo decir que esa respuesta que dio mi amigo, la tengo grabada en el corazón y tuve la sensación de que Jesús se hallaba allí presente a modo de fedatario de lo que allí se dijo. La conclusión que saqué, fue que cuando alguien te pida que le hagas un favor importante, se lo hagas aunque te cueste y después incluso, no te lo agradezca. Esa actitud hace que mucha gente se niegue a hacer más favores, pero lo que no sabe es que si se lo han agradecido. Ni más ni menos que el Padre celestial y que si la misma persona te vuelve a pedir otro favor, vuelve a hacérselo y cómo te costará más, el Padre celestial también lo agradecerá más.

(continuará)

Copyright. Todos los derechos reservados. Orden de Sión