Al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendierasen este día lo que conduce a la paz!.Pero no, está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrastrarán con tus hijos dentro y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida".
(Lucas 19, 41-44)
MEDITACIÓN
Señor, somos ciudadanos de tu Reino, pero con tu actitud de llorar por tu ciudad, me enseñas a amar también a mi patria y trabajar por mejorarla en estos momentos tan difíciles y en los que tantas familias ven destruído su hogar y futuro por falta de recursos, por la mala praxis de unos cuantos poderosos. Que comprendamos que seguirte, es la única y verdadera paz.
Copyright, Orden del Temple, 2.012
