MONASTERIO DE GUADALUPE. CITA CON LA FE Y EL ARTE (VII)


Museos


A principios del siglo XX, la comunidad franciscana adquirió por compra a particulares el ala poniente del monasterio, contigua al claustro mudéjar, dedicando el antiguo refectorio de los monjes realizado en el siglo XIV a exposición de ornamentos. Se inauguró el 11 de Octubre de 1.928, con la asistencia del rey Alfonso XII.

Al servicio de la liturgia, funcionaron en Guadalupe durante los siglos XV al XIX los talleres de bordados, en los que los monjes y seglares trabajaban con gran maestría en ornamentos sagrados y otras telas dedicadas al culto, que ahora se exhiben en el museo y en la sacristía del Santuario.

La producción de los talleres, se centró en los ornamentos necesarios para las celebraciones litúrgicas como frontales, hazalejas, mangas de cruz, casullas, dalmáticas y capas para el oficio solemne de las Horas. Veamos las mejores piezas que han llegado hasta nosotros.





Capa Rica de Jerónimo Audije de la Fuente

Se exhibe un brocado de gran mérito: La capa rica, bordada en el siglo XVI por Jerónimo Audije de la Fuente, aprovechando una cenefa de otra pieza. Presenta un fondo de bordados de grueso hilo de plata y sobre él, un dibujo de sedas de colores, con flores, racimos de frutas y pájaros de la fauna americana.

Vemos también un conjunto de ternos que vamos a describir.



Terno de la Emperatriz

El terno de la Emperatriz Isabel de Portugal, fue hecho en el siglo XVI de un vestido de Carlos I, cumpliendo la voluntad de su esposa, el cual envió al monasterio en 1.540. El brocado, realizado con fondo carmesí, tejido al tresalto ensortijado, tiene un dibujo de cardos y alcachofas, adornado con franjas y faldones.

Terno rico

Es un terno blanco, perteneciendo esta obra maestra a uno de los mejores bordadores: Pedro López. Está confeccionado con sedas, plata, oro y perlas. Destacan la franja de la casulla, faldones y collarines de las dalmáticas.

Terno del Tanto Monta

Recuerda la intervención del Santuario en la toma de Granada. Fue hecho en el siglo XVI de una capa de brocado, donada por los Reyes Católicos. Es una tela de brocado de la época de los Reyes Católicos, con fondo de hilo de plata y oro. El dibujo es un rameado o estofa de terciopelo verde de gran relieve, con ramos de granadas conmemorativas de la batalla que dio fin a la reconquista española. Campea el lema de “tanto monta”, aplicado a Isabel y Fernando. La casulla es de tela diferente, pero tan rica como las dalmáticas.

Museo de Libros Miniados

Al lado poniente del monasterio, se encuentra el pabellón de la Librería, erigido sobre fuertes muros guarnecidos por cubos y coronados por agujas de vistosos azulejos.

Consta de tres plantas con bóvedas de crucería, con un lujoso decorado en punturas murales y bóvedas. En este sitio histórico, se celebraron a lo largo de cuatro centurias, los capítulos y reuniones de la Santa Casa. Tras la exclaustración de los monjes, fue dedicada a usos profanos y ahora contiene el Museo de Libros Miniados.



Libro miniado



Libro Coral



Claustro Gótico

El tercer cuerpo del Monasterio, está formado por el claustro gótico y otras dependencias y podemos decir, que es uno de los mejores ejemplares del gótico flamígero en España. Forma un amplio cuadrado con tres órdenes de arcos, sobresaliendo por su ornamentación, lujosa en calados, los del piso principal. La fachada externa y los interiores, ofrecen un conjunto de gran belleza artística en sus torreones, portadas, ventanales y chimeneas de estructura gótico-mudéjar.

El gran patio, está pavimentado en losas de granito y en el centro existe la espaciosa cisterna obra de Juan Torrollo, que ocupa casi todo el cuadrado. Este claustro, fue construido durante los años 1.519 al 1.530 en diversos periodos. Numerosos peregrinos y enfermos recibieron asistencia en los cuatro hospitales que regía el monasterio. En ellos cuidó a los enfermos con hábito donado San Juan de Dios, que había recibido en 1.537 la aparición de esta Virgen de Guadalupe, que le presentó al niño diciéndole: “Juan , viste a Jesús para que aprendas a vestir a los pobres”. Años después, recordando la visión guadalupense, fundó en Granada la Orden de los Hermanos Hospitalarios

Tan hermoso e histórico sitio, testigo de cultura e historia, casi llegó a desaparecer durante la exclaustración de los monjes y vendido en azarosa subasta en el siglo XIX, fue destinado a vivienda de particulares. La Comunidad franciscana, con la ayuda de bienhechores, adquirió el inmueble en 1.909, salvándolo de inminente ruina.

Dedicado desde los orígenes al cuidado de peregrinos, hoy, en un intento de servicio a los nuevos tiempos, sigue con la misma trayectoria, ya que ahí está instalada la hospedería del Monasterio.

Fachada de Poniente

N.N.D.

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