EVANGELIO DÍA 25 DE OCTUBRE



Un sábado se puso Jesús a enseñar en una Sinagoga. Había allí una mujer que estaba enferma desde hacía dieciocho años. Un espíritu maligno la había dejado encorvada y no podía enderezarse para nada. Cuando Jesús la vio, la llamó y dijo: “Mujer, ya estás libre de tu enfermedad”. Puso las manos sobre ella y al momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios. Pero el jefe de la Sinagoga, enojado porque Jesús la había sanado en sábado, dijo a la gente: “Hay seis días para trabajar, venid cualquiera de ellos a ser sanados y no el sábado”. El Señor contestó, Hipócritas, ¿no desata cualquiera de vosotros su buey o su asno en sábado para llevarlo a beber?. Pues a esta mujer, que es descendiente de Abraham y que Satanás la tenía atada con esa enfermedad hace dieciocho años, ¿acaso no se la debía desatar aunque fuera en sábado?”. Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron avergonzados, pero toda la gente se alegraba viendo las grandes cosas que Él hacía.

(Lucas 13, 10-17)



MEDITACIÓN



Existen leyes humanas que responden a los valores de este mundo y no están de acuerdo con la Ley de Dios: Hacer el bien por encima de todo. Hemos de obedecer a Dios antes que a esas leyes.



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