EVANGELIO DÍA 15 DE DICIEMBRE



Cuando los enviados de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar a la gente acerca de Juan, diciendo: “¿Qué salisteis a ver al desierto?, ¿una caña sacudida por el viento?. Y si no, ¿qué salisteis a ver?, ¿un hombre lujosamente vestido?. Los que se visten con lujos y viven entre placeres, están en los palacios de los Reyes. En fin, ¿qué salisteis a ver?, ¿un profeta?. Si, verdaderamente y a uno que es mucho más grande que un profeta. Juan es aquél de quien dice la Escritura: “Yo envío Mi mensajero delante de Ti, para que te prepare el camino”. Os digo que ninguno entre todos los hombres, ha sido más grande que Juan, sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios, es más grande  que él. Todos los que oyeron a Juan, incluso los que cobraban impuestos para Roma, se hicieron bautizar por él, reconociendo así que Dios es justo, pero los fariseos y los maestros de la Ley no se hicieron bautizar por Juan, y de ese modo despreciaron lo que Dios había querido hacer a favor de ellos”.
(Lucas 7, 24-30)

MEDITACIÓN

En realidad, ¿qué era lo que más te gustaba de Juan, su firmeza, su desprendimiento de las cosas materiales, su valentía?. Y de mi, ¿qué podrías decir de mi a mis amigos, mi familia, mi grupo?. ¿Qué esperas de mi para Ti, Señor?.

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