EL HERRERO MISERIA Y EL DIABLO (Relato anónimo, II)



Autora: Soror S.G.++

A pesar de ser un hombre bueno y practicar la hospitalidad y la caridad, el herrero, vendió su alma al Diablo, a cambio de riquezas o comodidades materiales para él y su familia. Aún así Tata Dios tuvo misericordia y le concedió tres dones o gracias con el fin de usarlo diligentemente contra el adversario, que tarde o temprano vendría a exigir el cumplimiento del contrato.

El Herrero fue muy audaz por que venció al Diablo, pero en ningún momento, rompió el contrato con el Diablo, ya que pretendía vencerlo, alejarlo pero quedarse con lo adquirido hasta  el final de su vida, permaneciendo errante.

El herrero no pudo desprenderse de sus riquezas, como el joven rico de la parábola que se encuentra en Mt 19-23; Lc 18:18 Mr 10 :17. Él guardaba los mandamientos de la Ley, entonces Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto deja todos tus bienes a los pobres, ven y sígueme. Al oir esto el joven se fue muy triste, por que tenía muchos bienes. Os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de Dios. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios.

Es difícil ser un alma Libre y entregada a Dios. Muchos son los apegos que tiene nuestra conciencia en este mundo, la familia, las relaciones con los otros, las comodidades del mundo. Es difícil alcanzar la Plenitud,  por que requiere una gran abnegación de sí mismo.

Muchos son como el joven rico , Jesús no lo reprobó, por que él cumplía con la Ley de Dios y sus Mandamientos y sonrió alegre, pero éste no quiso ser perfecto, porque implicaba la renuncia de sus bienes materiales por que eran muchos y disfrutaba notablemente de todo lo que la vida ofrece.

El que quiera venir en pos de Mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por Mi y por el Evangelio la salvará.

La renuncia aunque implica un inmenso sacrificio, también lleva consigo una inmensa recompensa, un gran trabajo interior, los discípulos le dijeron a Jesús: Maestro nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús dijo: Os aseguro que nadie deja casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por Mi o por el Evangelio, que no reciba el ciento por uno, ya en este mundo y la vida eterna.
Mt 19(27-30) y Lc 18(28-30).

Nadie puede servir a dos amos a la vez, porque odiará a uno y amará a otro, o bien despreciará a uno y se apegará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.

Si queremos alcanzar la verdadera perfección, debemos renunciar a todo, esto significa no tener apego interior a nada ni  a nadie, salvo a Dios, fluir en las corrientes de la vida estando conscientes, despiertos, siendo Luz e instrumento de las virtudes del Único. Libres y en Paz. En armonía, en unidad.

(continuará)

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