EVANGELIO DÍA 8 DE ENERO



Proclamaba Juan: “Detrás de mi viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo”. Por entonces, llegó Jesús desde Nazaret a Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el Cielo y al Espíritu Santo bajar hacia Él como una paloma. Se oyó una voz del Cielo: “Tu eres Mi Hijo amado, Mi predilecto”.
(Marcos 1, 6b-11)

MEDITACIÓN

Jesús, además de ser una fiesta la celebración de Tu Bautismo, es también un misterio luminoso del rosario semanal. No quiero acostumbrarme a verte mezclado entre los pecadores, esperando Tu turno para bautizarte; no quiero perder mi asombro ante Tu humildad. Cuando dices que el que se humilla será ensalzado, te estás refiriendo a Ti mismo, ya que eres el Justo, el que pasa por el mundo haciendo el bien. Y el Padre quiso que en toda la Tierra se oyera Su aclamación: Tu eres Su Hijo amado, Su predilecto, y yo, aunque pecador, me pongo a Tu lado.

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