EVANGELIO DÍA 7 DE SEPTIEMBE



Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales llamó apóstoles. Éstos fueron: Simón, a quien también puso el nombre de Pedro; Andrés, hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Simón el celote, Judas hijo de Santiago y Judas Iscariote, que traicionó a Jesús. Jesús bajó del cerro con ellos y se detuvo en un llano. Se habían reunido allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían venido para oír a Jesús y para que los curase de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanados. Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de El salía.

(Lucas 8, 12-19)



MEDITACIÓN



Desconocer la Escritura, es desconocer a Cristo. La oración y la meditación con la Palabra, nos muestra lo que Jesús espera de nosotros como verdaderos discípulos. Sólo la contemplación puede, a la vez, impulsarnos y sostenernos a lo largo del camino.



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