EVANGELIO DÍA 4 DE OCTUBRE



Seguían ellos su camino. Jesús entró en una aldea, donde una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Marta tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los piés de Jesús escuchaba sus palabras. Pero Marta, atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo?. Dile que me ayude”. Jesús le contestó: “Marta, Marta, estás preocupada e inquieta por muchas cosas, sin embargo, solo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte y nadie se la quitará”.

MEDITACIÓN

Qué difícil tarea definir lo necesario. Jesús ya lo ha dicho, pero tendemos a preguntárnoslo una y otra vez. Marta es práctica y lo que ella no haga, luego se notará. María, es más sosegada que se postra a los piés del Maestro. No hay que separarlas, sino llevadas unas en el corazón y en las actitudes, en el hogar, en el trabajo, pero no dejar más de lo necesario. Mientras la parte de Marta que llevamos dentro, la parte de María susurra alguna oración al Señor.

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