QUÉ ES ...: EL PADRE NUESTRO (XVII)



Reflexiones sobre: Perdona nuestras deudas/ofensas...


La forma práctica y clara de entenderlo, nos la brinda Jesús en la parábola del criado ingrato (Mateo 18, 23-25). Así hará Mi Padre si cada uno de vosotros, no perdona de corazón a su hermano.

Alcanzar la inmensidad de la misericordia y el perdón de Dios, es tarea inalcanzable. ¿Cuántas veces hemos de perdonar?. Siete es plenitud, perfección. Y Lucas dice: Si peca contra ti siete veces al día y otras tantas se acerca a pedirte perdón, perdónalo. Pero Mateo va más allá, no sólo siete veces, sino setenta veces siete.

Hay que perdonar y también aprender a pedir perdón. Aprendemos a perdonar, cuando se tiene la capacidad (coraje más humildad), de hacerse perdonar. Si no sabemos pedir perdón, lo más normal es que cuando conceda el perdón, esté despreciando y humillando al hermano.

La petición de perdón, es propia de quienes se saben deudores con Dios. La formulan en plural quienes son miembros de una comunidad cristiana, la cual, aunque adornada de verdadera santidad, es todavía imperfecta aquí en la Tierra, pues encierra en su seno a pecadores. Necesita por tanto, avanzar constantemente por la regla de la penitencia y de la renovación; evangelizarse mediante una conversión y renovación constantes, para poder evangelizar al mundo.

(continuará)

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