ACTITUD CLAVE PARA UN TEMPLARIO: COMPROMETERSE (IV)



Hay dos maneras de actuar. La acción de casi todos va dirigida al éxito, que señala el fin del riego, el comienzo del confort, la seguridad y la tranquilidad en la vida. La acción de los pocos, entre los que deben encontrarse los Templarios, va dirigida al testimonio, porque saben que sus pequeñas victorias sobre el mal, no serán más que victorias incipientes y siempre cuestionadas. Los primeros tiene prisa y utlizan tácticas de corto alcance. Los segundos, ponemos nuestra confianza en el tiempo y en nuestra fe. Los primeros son propietarios de su causa. Nosotros, testigos de lo que nos sobrepasa. En resumen, los primeros se precipitan en hacer antes que en ser y los segundos en SER para poder HACER, o para que sea hecho, con o sin nosotros.

En el mundo de la solidaridad, nos vamos contagiando poco a poco, de los usos y costumbres de aquella clase política, que un día se entendió a sí misma como servicio al pueblo y ha conseguido convertirse en funcionariado que vive de la política y no para la política. El éxito, sutil a veces, debemos considerarlo con la garantía de que se camina en la buena dirección.

Somos coetáneos de la fiebre del éxito a todos los niveles, y el ser humano llega a renunciar a sus convicciones personales con tal se sobrevivir y finalmente morir con éxito. En este mundo globalizado, observamos como los más hábiles han cogido la parte por el todo, endiosando la dimensión económica para poner todos los recursos al servicio del mercado y por ende al propio beneficio. La carrera suicida hacia un progreso económico ilimitado, que no existe, marca el horizonte de sentido de un mundo alocado y sin frenos.

Se disfrace como se disfrace, quien persigue el éxito, incluso desde una vida aparentemente comprometida, no hace más que actualizar las tentaciones de Jesucristo en el desierto. El testimonio, por el contrario, es paciente, silencioso y no se adorna con ninguna hoja de servicios. El compromiso no se asienta tanto en fuegos artificiales (éxito), cuanto en estilos de vida que transmiten valores que humanizan, gestos que acercan y opciones que nos complican la existencia, cuando está en juego la vida y los derechos no reconocidos de los desamparados por los gobiernos y por descontado por la sociedad tan “civilizada”.

Para terminar este trabajo por hoy, veamos algunas consideraciones que merecen ser reflexionadas a ver cual es nuestra posición en el mundo:


- Se busca el éxito, en la perpetuación de proyectos solidarios entre colectivos excluidos, al precio que sea, con tal de no cerrar el “kiosco”.

- Se busca el éxito en la contabilidad transformada en competitividad: “Tenemos cien voluntarios más y estamos en doce proyectos más que el año pasado”.

- Se busca el éxito en la publicidad que encuentra yacimientos en donantes culpabilizados a través de imágenes y mensajes que degradan la dignidad de los pobres, se regodean con la miseria ajena, el hambre, el abandono, la enfermedad y la muerte.

- Se busca el éxito en “dejarse querer”, lo que conlleva el reconocimiento público de las instituciones o personas, mediante premios, medallas y homenajes.

- Se busca el éxito desde el momento en que uno se siente propietario de la causa a la que dice servir y la rentabiliza en función de sus propios intereses.

- Se busca el éxito en el mensaje que indica que nuestros proyectos resultan muy baratos, aunque para ello tengamos trabajadores dando más de lo que pueden y de lo que exige un mínimo de justicia.

- Se busca el éxito, cuando se rebaja el calor de la denuncia por el favor de la subvención.

(continuará)

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