COMO EL HOMBRE PIENSA XX




XX. Aquel que escucha mis palabras y las pone en obra, es como el que edifica sobre roca.

El Sermón termina con una parábola de las dos casas que nadie puede olvidar. Se nos advierte una vez más de la vanidad de la teoría sin verificación en la práctica, el peligro de los que están al corriente de la Verdad, sin hacer todo lo posible para practicarla.

La primera preocupación de un constructor, es hacer los cimientos firmes, para que la casa no se caiga. En la Biblia, Cristo es la roca, es la Verdad inmutable. En ese cimiento quedaremos seguros cuando vientos, lluvias , inundaciones de error, la duda, nos ataquen. Si sólo contamos con nuestra voluntad, seguridad material, recursos personales; estamos construyendo sobre arena.

Dice Mateo, que la gente se admiraba escuchando a Jesús y es que Su mensaje es revolucionario, trastorna todas las ideas y todos los métodos, no sólo del mundo, sino de la religión ortodoxa, porque dirige nuestra atención desde el exterior al interior y desde el hombre y sus obras hacia Dios. Enseñaba como quien tiene Autoridad y no como los escribas. Cuando uno ha obtenido, gracias a la oración científica la demostración más mínima, tiene dentro de si el testimonio, la prueba, de la Verdad. No hay que confiar en lo que dice otro, lo sabe por si y esto es lo que vale. Jesús probaba Sus obras, Él vivía en contacto directo con Dios y por eso cuando hablaba, pronunciaba la Palabra de Poder.


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