EVANGELIO DÍA 16 DE JUNIO



En aquel tiempo dijo Jesús: “No practiquéis vuestra religión delante de los demás sólo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis ninguna recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. Por tanto, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las Sinagogas y en las calles para que las gentes los elogie. Os aseguro que con eso, ya tienen su recompensa. Tú por el contrario, cuando ayudes a los necesitados, no se lo cuentes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo. Hazlo en secreto y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las Sinagogas y en las esquinas de las plazas para que las gestes los vean. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa. Cuando ayunéis, no pongáis el gesto compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para que la gente vean que están ayunando. Os aseguro que con eso, ya tienen su recompensa. Pero tú cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta que estás ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo y él te dará tu recompensa.

(Mateo 6, 1-6, 16-18)



MEDITACIÓN



Lo más importante no es lo que estoy haciendo sino el por qué. La religión puede convertirse en orgullo más que en piedad. Cuando hacemos algo para ser vistos, admirados o aplaudidos, es el amor a nosotros mismos y no a Dios lo que nos está impulsando.



© Todos los derechos reservados. Orden del Temple, 2.010