Todo está consumado. Antes de expirar, Jesús nos pone en manos de Su madre, que es la nuestra.
¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!. Y expiró.
Nosotros vamos junto a Ti, Señor. Cuando nos llegue la hora, encomendaremos nuestro espíritu al Padre, para que nos acoja contigo.
Te pedimos Señor, que lleves hoy contigo, con tu gran Misericordia, a todos los que hoy mueran a la vida física, especialmente aquellos por los que nadie ora, aquellos que mueren por la mano del hombre, su hermano, por fanatismos, guerras, hambre, desolación, rapiña, codicia, soledad.
Hermanos y hermanas nuestros:
Hemos humildemente realizado está síntesis de la Pasión de Nuestro Señor, con la belleza y expresividad de la imagineria sevillana.
Deseamos que os sirva de meditación, y vivamos esta Semana Santa, con fervor y devoción, diciéndo:
¡Padre, perdónanos, porque no sabemos lo que hacemos!.
Con nuestro afecto en el Señor y Nuestra Señora del Santo Espíritu.
Orden de Sión y Orden del Temple.
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