EVANGELIO DÍA 17 DE MARZO



Algunos que teniéndose por justos se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:  "Dos hombres subiern al templo a orar. Uno era fariseo, el otro un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás: Ladrones, injustos, adúltero, ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar  los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador". Os digo que este hombre volvió a casa justificado y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.
(Lucas 18, 9-14)

MEDITACIÓN

Señor, nos parece exagerado leer en las vidas de los santos, que se consideraban granes pecadores y se castigaban duramente, por sus pecados y por los de los demás. A la vista de esta parábola, se entiende mejor. Cuando la Luz de tu Evangelio iluina todos los rincones de mi vida, veo con más claridad que hay mucho que limpiar y corregir, para que coincida con el diseño de amor que tienes para mi. Te pido de corazón: ¡Señor, ten piedad de este pobre pecador que soy!.

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