EVANGELIO DÍA 5 DE AGOSTO



Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?". Jesús les contestó: "O lo aseguro. Me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comísteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste, lo ha sellado el Padre, Dios". Ellos le preguntaron: "¿Cómo podremos ocuparnos en los trabajos que Dios quiere?". Respondió Jesús: "Este es el trabajo que Dios quiere: Que creáis en el que Él ha enviado". Ellos le replicaron: "¿Y que signos vemos que haces tú para que creamos en ti?. Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito. Les dio a comer pan del Cielo". Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del Cielo, sino que es mi Padre quién os da el verdadero pan del Cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del Cielo y da vida al mundo". Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo Soy el pan de vida. El que viene a mi no pasará hambre y el que cree en mi no pasará nunca sed".
(Juan 6, 24-35)

MEDITACIÓN

Señor, son muchos los trabajos y preocupaciones que nos agobien día a día, para procurar el alimento y el bienestar perecedero. Tú nos hablas del Pan de Vida, y que poca importancia le damos a la Eucaristía y al Conocimiento verdadero de tu Evangelio. Dame siempre de ese Pan, Señor, y que yo tenga la capacidad de recibirlo y entenderlo.

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