Castillo de Capilla


El castillo de Capilla se encuentra en la localidad del mismo nombre, en la provincia de Badajoz. Fue tomado inicialmente por las tropas castellanas en 1226 para ser recuperado por los andalusíes al poco tiempo. Luego fue definitivamente recuperado por la Orden del Temple, obteniendo la tenencia del mismo. Al disolverse la orden fue entregado al maestre de Alcántara en 1309.

El aspecto que tiene actualmente no corresponde a la época en que fue arrebatado a los musulmanes, ya que sus cubos indican que fue readaptado a las necesidades surgidas en el siglo XV contra la pirobalística, que dejaron obsoletas las torres de planta cuadrángular.

Es el típico castillo roquero, encaramado sobre un cerro rocoso sobre el que se asienta, lo cual impedía el minado de sus murallas o torres, así como el adosarle ingenios o arietes. Tiene forma de polígono irregular, adaptándose al terreno. Cuenta con una puerta de acceso y una poterna que da salida al lado más escarpado del risco. Su plaza de armas, de pequeñas dimensiones, estaba dividida en dos. En la primera se observa la boca de un aljibe excavado en la roca. En la segunda, restos de dependencias y otro aljibe o alberca, éste sobre el terreno.

Se conservan restos de las antiguas murallas árabes tanto en el flanco sur como en el norte. Las del lado sur defendía el sendero de acceso, obligando a pasar al menos por tres puertas para llegar a la fortaleza. Las del lado norte eran dos antemuros que tienen restos de torres de planta cuadrada en sus extremos.

La fábrica del edificio es de mampuesto, con frisos de ladrillo decorativos en las torres. El relleno de los paramentos es a base de tierra con restos cerámicos y cantería.

Desde el castillo se pueden contemplar vistas impresionantes del entorno, incluyendo las del cercano embalse de La Serena



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