HUMILDAD

La vida interior y la humildad son dos cosas imprescindibles para un templario y como no, para un cristiano. Sé generoso en aceptar la humillación y por experiencia, verás el resultado que da el callar y ofrecer al Señor con alegría, esas cosillas que nos santifican, la paz que queda después y la felicidad que  da la humildad.