EVANGELIO DÍA 11 DE ABRIL



Dos discípulos de Jesús, iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea lama Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén, e iban comentando todo lo sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?". Ellos se detuviron preocupados, y uno de ellos que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?". Él les preguntó: "¿Qué?". Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los Sumos Sacerdotes y nuestros jefes para que le condenaran a muerte y lo crucificaron. Nosotros esparábamos que Él fuera el futuro libertador de Israel. Y ya ves, hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro y no encontraro Su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que hbían visto una aparición de ángeles que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros  fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres, pero a Él no lo vieron". Entonces Jesús les dijo: "¡Qué mecios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas!. ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en Su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le apremiaron diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va decaída. Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunciando la bendición, lo partií y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron pero Él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?". Y levantándose, al momento se volvieron a Jerusalén donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón". Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
(Lucas 24, 13-35)

MEDITACIÓN

Señor, a pesar de lo que dijiste e hiciste, el demonio logra introducir dudas, olvidos y desconciertos en el corazón de tud discípulos, pero Tú, que todo lo puedes y tanto me quieres, me sales al paso para que te reconozca resucitado, con tu palabra y tu gesto de partir el pan.

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