MÍSTICA CRÍSTICA Y TEMPLARIA (I)




Cómo librarse de sí mismo





El Cristo es nuestro libertador. Sólo por Su fuerza y poder de Su Palabra podemos ser libres, pero tenemos que buscarle en nosotros mismos. El Espíritu del Cristo, está más cerca de nosotros que nuestros brazos y nuestras piernas. Si nos ponemos en camino hacia el interior, si purificamos nuestros sentidos, ennobleciendo nuestro ser, entonces le encontraremos.



Algunos dices que el camino del ennoblecimiento, del servicio desinteresado, es un camino difícil y fatigoso, y lo es, pero sólo para el hombre que no quiere dejar su equipaje: El ego inferior. Pues mientras nos preocupemos todavía de nuestro ego inferior, mientras sólo veamos lo contrario en nuestro prójimo, jamás llegaremos a ser libres de nosotros mismos.



Hermanos, el Sendero directo al Reino empieza cuando el hombre se pone a ver lo bueno en todo; empezad hoy, no esperéis a mañana. Cuando el prójimo esté orientado muy negativamente, cuando os critica, os insulta, os acusa, os odia, ved lo bueno en él o ella a pesar de ello, pues detrás de todo eso, está también en esa persona la esencia buena, la llama del Espíritu, el núcleo del ser que no puede ser negativo. Perdonad, y estad dispuestos a perdonar en cada momento, y también a pedir perdón por todo pensamiento crítico contra del prójimo, y entonces experimentaréis la vibración positiva del núcleo de ser de vuestra alma y veréis igualmente a vuestro prójimo con los ojos del amor y de la misericordia.



Pero si alguno de vosotros cree que tiene que resolverlo todo en esta vida y que el prójimo tiene que reconocer que él es bueno, entonces es que queda atado a la vida material.



¡Mirad más allá de las apariencias y captad la vida del Infinito!. El Espíritu del Cristo-Verbo, en toda circunstancia, y entonces actuarán en vosotros las fuerzas cósmicas que actúan en todo.

(continuará)

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