Considerado el Lourdes Bávaro, el Santuario mariano de Altötting, es uno de los cinco Santuarios más famosos de Europa, junto con Lourdes, Fátima, Czestochowa y Loreto. La vida de este pueblo, al sudeste de Bavaria, a noventa kilómetros del este de Munich, todo el lugar gira alrededor de la Virgen Negra. La estatua, tachonada de piedras preciosas, se encuentra en la evocadora y minúscula capilla de las Gracias, en el centro de la enorme plaza de la Capilla, rodeada de palacios barrocos. Un artista procedente tal vez de la parte alta del Rhin, hizo la figura de la Virgen en 1.330, realizada en madera de tilo y su nombre obedece a que se volvió negra a través del tiempo, debido al humo de las velas.
El Santuario, cuya planta es octogonal, fue originalmente una temprana capilla bautismal cristiana que data del año 700 y que según la leyenda, contenía la pila bautismal utilizada por el Obispo Rupertus Salzburgo para bautizar el primer duque católico de Baviera. En 1.330, una estatua de la Virgen y el Niño se colocó en esta capilla y desde 1.489 en adelante, hubo dos apariciones de la Virgen, seguida de varios casos de enfermos que sanaron y que se consideraron milagrosos. A raíz de estos acontecimientos, el Santuario adquirió el título de Herz Bayerns (Corazón de Baviera), al tiempo que se produjeron las peregrinaciones. Un millón de peregrinos, muchos de los cuales vienen a pie y vienen desde muy lejos, visitan el lugar cada año.
Más de dos mil objetos votivos, algunos de los cuales son particularmente originales, se encuentran tanto dentro como fuera del Santuario. Son tan numerosas las muletas dejadas allí por los que se han curado, que cubren literalmente las paredes exteriores de la capilla. Por otra parte, ésta alberga urnas de plata, que contienen los corazones de miembros nobles de la familia Wittelsbach, incluyendo a príncipes y reyes de Baviera y Ludwig II quien murió en 1.886.
Exvotos
Después de la beatificación en 1.930 y canonización en 1.934 del monje capuchino Corrado Birndorfer, cuidador del convento de Altötting, la tumba del santo en la iglesia de los capuchinos, se ha convertido en un objeto de devoción.
La veneración a María alcanza su punto máximo, durante las festividades del Domingo de Ramos al Lunes de Pascua, con ceremonias religiosas y conciertos de música sacra.
Hay otras fiestas litúrgicas en Mayo, especialmente los días de Pentecostés y la procesión del Corpus Christi, mientras que el 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, se celebra con una procesión con antorchas por las calles de la ciudad.
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