LA SÁBANA SANTA DE TURÍN (VI)

El Dr. Gaza Valdés, publicó sus investigaciones a comienzos de 1.996, donde descubría su trabajo sobre piezas de arqueología, mapa sobre el Sudario de Turín, incluidos los resultados del ADN practicados con las muestras de sangre, y daba como conclusión, que el Sudario era anterior en varios siglos y la fecha que sugería la datación del Radiocarbono.

Si recapitulamos los dictámenes científicos por orden cronológico, hallamos en primer lugar lo del Prof. Ives Delage de París, cuando afirmó en 1.902, que las heridas y el detalle anatómico eran las de un crucificado y por su exactitud, no podían ser obra de un pintor. El Dr. Pierre Barbet, concluyó que las heridas reveladas en la reliquia, era de un crucificado, resultado que es confirmado por otros prestigiosos profesores. También la opinión del etnólogo Coon de Harvard, quien describió la imagen tridimensional realizada a partir del rostro del Sudario, que pertenecía a un tipo físico que se halla actualmente entre los judíos sefardíes y la nobleza árabe. Los estudios comparativos de la tela, hallan restos de algodón de Oriente Próximo, no de Europa.

A nosotros nos parece casi indudablemente, que el Sudario e auténtico y que es en él donde fue envuelto Jesús cuando lo bajaron de la cruz. Se ha mencionado, según lo que refleja el Sudario y en contra de las costumbres judías, que la víctima no fue lavada antes de amortajarla, sino que la ungieron con granes cantidades de bálsamos muy caros y ello parece ser por una razón evidente: Se trataba de favorecer la curación, evitar la infección, después del tremendo suplicio infringido, y que si se dio la lanzada, fue para aliviar la presión de los pulmones por el enema pleural y permitirle respirar.


Según el Evangelio perdido de Pedro, las primeras personas que acudieron a la sepultura, vieron a Jesús que salía apoyándose en dos sanadores Esenios de hábitos blancos. Ese mismo mensaje, transmite la tradición Rex Deus y la carta de un pastor anglicano, afirmando que Jesús vivía aún en el año 45 d.C. y hay otras leyendas, relacionadas con apariciones suyas en Egipto y Cachemira muchos años después.


Si Jesús sobrevivió a la cruz y se restableció, no murió en la cruz por nuestros pecados, sino que han sido falseadas las verdaderas enseñanzas de Jesús como creyeron los ebionitas. 2.000 años después, la Verdad pugna por salir del encierro a decir que Jesús no vino a traer la Redención, sino la Revelación.



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