EL MUNDO MUSULMÁN. PEREGRINACIONES A LA MECA (IV)



También es importante el contacto entre los peregrinos del Islam y los del cristianismo en Jerusalén, ya que para el musulmán es atractivo una peregrinación secundaria, hacia donde el primitivo creyente se orientaba al hacer la oración, cuando aún no era una Ley orar mirando a la Meca, porque allí estaba la tumba de Moisés.



Actualmente, los millones de peregrinos que entran en las ciudades santas de Medina y la Meca al cabo del año, cuentan con protección sanitaria a cargo del gobierno de Arabia Saudí, que ha montado una estación de cuarentena, capaz de alojar a unos tres mil peregrinos, con modernas instalaciones de consulta y hospital. Esto, unido a las nuevas vías de comunicación, con carreteras, trenes y aeropuertos, reduce el riesgo de contagios y hace que las antiguas caravanas de camellos, sean sustituidas por coches, ferrocarriles y aviones.



En las rutas hacia la Meca, aumentó notablemente el tráfico de caravanas a partir del siglo XVII hasta nuestros días, que han hecho transformar la zona no sólo en lugar de peregrinación sino de importantes centros comerciales. Las principales caravanas salieron siempre del El Cairo y Damasco, donde ya desde tiempos medievales había una gran concentración de peregrinos, con un gran ambiente de fraternidad entre los distintos cultos religiosos, pero existe lamentablemente, un latente antagonismo entre las sectas religiosas del mahometismo, pero suele prevalecer la tolerancia entre unas y otras, si bien el los tiempos de los primeros califas, estas escisiones dieron lugar a hechos sangrientos, cuyo aspecto teológico obedecía realmente a un impulso político.



De estas sectas, las más importantes fueron siempre dos: La de los Chiistas y la de los Sunnitas. Los primeros son continuadotes del yerno del Profeta, Alí, a quien consideran como auténtico heredero de Mahoma, y por tanto no están de acuerdo con la elección de califas que se sucedieron desde Mahoma. Los sunnitas, respetan la tradición seguida a través de siglos y representan la ortodoxia mahometana. Así los persas siguieron a la secta Chiista y los turcos a la Sunnita, la cual fue practicada por todos los árabes de la región de Nedjed. Esta secta de los wahabitas, ha remozado la ortodoxia coránica, al oponerse al culto de los santones y ascetas, venerados en sus tumbas, por otras sectas y objetos de pequeñas peregrinaciones regionales a los morabutos o ermitas aisladas donde vivieron y fueron inhumados.

(continuará)

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