REFLEXIONES SOBRE LOS VALORES DE LA CABALLERÍA (VII)



Soberbia es vicio de desigualdad, pues hombre orgulloso no quiere tener par ni igual, y por eso ama estar solo. Y pues humildad y fortaleza son dos virtudes y aman igualdad y son contrarias al orgullo, reúne en tu corazón humildad y fortaleza; pues humildad sin fortaleza no es fuerte contra orgullo, pues en la humildad sin fortaleza no hay fuerza y el orgullo no pueden ser vencidos sin fuerza. La fuerza de la humildad te hace recordar la razón por la que eres Caballero.

En el corazón del Caballero ha de haber fortaleza, ya que de no haberla, la envidia expulsaría de dicho atanor la justicia, caridad, largueza; y por eso el Caballero siente envidia de no poseer bienes ajenos, y perezoso para ganar bienes semejantes por la fuerza de las armas; y por eso habla mal de aquellas cosas que querría tener de los que las poseen; por ello, la envidia le hace pensar cómo hacer engaños y faltas.

Ira es perturbación en el corazón de la facultad de recordar, entender y querer. Y por esa perturbación, el recuerdo se convierte en olvido, y el entender en ignorancia, y el querer en iracundia. Cuanto mayor es la ira, tanto mayor ha de ser la fuerza que la vence con la caridad, la abstinencia y con la paciencia. Cuanto mayor es la fuerza, menor es la ira y mayor es la caridad, la abstinencia y la prudencia.

Templanza es virtud que está en medio de dos vicios: Un vicio es pecado por exceso, el otro es pecado por defecto. Sin templanza no podría mantener un Caballero el honor de la Caballería.

Un Caballero debe ejercitar las virtudes y actitudes que le acerquen a Dios y costumbres que son propias de la Orden de Caballería.

El Caballero antepone el bien común al bien particular; habla y viste correctamente. Siendo características de él: La lealtad, verdad, coraje, verdadera largueza, honestidad, humildad, piedad.

(continuará)

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