COMO EL HOMBRE PIENSA XI




XI. Sed pues perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial.

Este mandamiento, es de las más tremendas cosas de toda la Biblia. Él nos lo manda y no lo haría si esto fuera un imposible y además, lo propone como algo que tenemos que efectuar. De ahí se desprende, que el hombre no puede ser hijo del pecado, desheredado y sin esperanza, sino que es de linaje Divino, potencialmente Divino y perfecto.

En consecuencia, no puede existir ningún poder en el mal que nos mantenga eternamente esclavizados, sólo será cuestión de tiempo el que alcancemos la salvación.

Recordemos que todos los grandes maestros espirituales dijeron: Para alcanzar el Reino de los Cielos, hay que pasar por la tormenta.


(continuará)


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