NUESTRAS ACTITUDES



Autora: Hna. N.P.+

Nuestras actitudes, nuestra lista de prioridades, si entregamos nuestra vida a Dios o a nuestras cosas.
La obediencia es el primer paso para poder avanzar con las enseñanzas superiores, ser simple con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones y de esta manera poder fluir con nuestra esencia Divina, tenemos que dejarnos guiar por nuestro ser superior; para eso tenemos que callar el ego que se manifiesta a traves de la duda, los celos, la mentalidad dual, también es necesario tener humildad para dejarnos guiar por la simplicidad Divina, tenemos que establecer prioridades para que se establezca un orden.
En la experiencia espiritual debemos aprender a cumplir con los objetivos, hacernos responsables de lo que nos corresponde, en unión con los que caminan a nuestro lado en el diario vivir para que todo funcione de manera armonica y pareja. Las responsabilidades que uno omite, que uno niega o que uno no asume, perjudica al resto que convive junto a nosotros ya que cargamos nuestras responsabilidades a los demás pudiendo de esta manera, retrasar o hacer perder el camino evolutivo a ese otro que intenta también cumplir con sus reponsabilidades asignadas a su reencarnación por lo tanto debemos atender cada una de nuestras responsabilidades y priorizar las cosas de Dios y no las cosas de la Tierra, dejarnos guiar por nuestro Cristo interno, para poder fluir con la energía del Universo, la importancia del desapego para poder ver enn todo acontecimiento una enseñanza.
Amigarnos con nuestro ego no significa ser complacientes con él, amigarnos con nuestro ego para que sea el quien nos ayude a organizar nuestra energía, esa que nos es dada para construir de acuerdo a la Voluntad Divina.
Un ambiente cada vez mas lleno de paz, de amor y de armonía, todo ser de luz aspira a que la Ley de Correspondencia se cumpla: Cómo es arriba es abajo. Para frenar con la rutina cotidiana, nos obliga a pensar y a reflexionar acerca de cada uno de nuestros actos, de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos, cada una de nuestras palabras. Frenar con la rutina que nos hace ser mecanicos nos pone en una situación de reflexión, de autoreflexion y de encuentro con nosotros mismos ¿Dónde está el centro de mi atención?. ¿Cuáles son mis prioridades?, dejarnos guiar por nuestra presencia de Dios en nosotros requiere sumisión, humildad, requiere desapego de la estupidez, de lo superfluo, de la mentira, de la competencia y de todas aquellas cosas que nos apartan de la verdadera meta espiritual que es la de dar amor que es aquí y ahora, para atender la necesidad del que sufre. No son muchos los que aceptan restringir la comodidad de la vida terrenal y humana en algo que no conoce. Nuestro destino es dejarnos guiar por nuestro Cristo interno. El plantearnos el porque de las cosas solo pertenece a un estado inferior de nuestra mente que es donde yace y donde actúa el ego.
 Debemos ver lo que nos sucede como observadores, cada uno en este planeta vino con una tarea y una misino que es única e irrepetible, esto es asi para que podamos complementarnos los unos con los otros, orientándonos al servicio y a la voluntad de Dios, debemos dejarnos conducir por nuestro ser superior, esto nos permitirá tener autocritica, reflexión sobre nuestros actos para poder rectificarlos y de esa manera evolucionar.
El individuo avanza cada vez que se desapega de los procesos planetarios, cada vez que se desapega de esa necesidad de tener cada vez más y más, cada vez que se deja fluir por la verdad que existe en su propio corazón, todo esto requiere también sumisión por parte de nuestro ego, de la misma manera que la obediencia debe hacerse presente por parte del ego, sometiéndose a las demandas de nuestra conciencia superior de nuestro yo superior de nuestro Cristo interno, de Espíritu Divino que yace en todos los corazones humanos.
El ser humano tiende la mayoría de las veces a buscar en lo externo, sin darse cuenta, que todo se encuentra dentro suyo, solo debe aprender a orientar su mirada hacia su propio Cristo interno, escuchar su propio Cristo interno y actuar en consecuencia. Cada persona en su libre albedrio tiene la opción de dejarse guiar por su ego o  por su ser superior.
La mónada conduce a todos los vehículos y utiliza al vehículo físico como herramienta de manifestación en tercera dimensión para entregarse al servicio desinteresado y amoroso hacia aquellos que sufren y hacia toda la creación de Dios, manifestado en los reinos animal, vegetal, mineral y espiritual, el vehículo físico permite a la persona manifestar su esencia Divina.
Es fundamental seguir la guía superior para trascender  la comodidad, la inercia, la pereza y asi dar paso a la acción sin cuestionamientos, aceptando las cosas de Dios tal cual son; si nos dejamos guiar en humildad voluntariamente por amor por ese ser interno que yace en nosotros, llegaremos a la comunión con el ser, el ego dejará de comandar nuestras vidas, para ello tenemos que lograr la paz mental y colocarnos como observadores de todo lo que nos sucede sin emitir juicio alguno, aceptando los hechos tal cual acontecen y fluir con el Universo el cual nos colocará en el lugar que vinimos a ocupar.

(continuará)

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